Relación entre los graduados universitarios y el mercado de trabajo en España

Cómo se relacionan los graduados universitarios con el mercado de trabajo en España

El mercado de trabajo en España atraviesa una de las situaciones más complejas de los últimos años. Las profundas transformaciones económicas y sociales han generado un entorno laboral más diversificado, especializado y globalizado, donde prevalecen, sin embargo, altos índices de desempleo y sobrecualificación. Estos cambios tienen una incidencia directa en la empleabilidad de los graduados universitarios: se necesitan profesionales cada vez más competentes, flexibles ante los cambios y demandas de la profesión, que sean capaces de aprender, desaprender y aprender nuevamente o que estén preparados para tomar decisiones rápidas y muchas veces con muy poca información; aspectos todos que exigen nuevos retos al sistema de educación superior

La paradoja no es nueva. Por un lado, el sistema universitario español se ha visto cuestionado en más de una ocasión por los bajos índices de empleabilidad de sus graduados, generado fundamentalmente por limitaciones en el proceso de formación, la no vinculación de la teoría con la práctica, la no familiarización y acercamiento al mundo del trabajo y la poca vinculación del diseño curricular con las necesidades reales del entorno. Por otro lado, cada vez más graduados universitarios terminan trabajando en puestos de baja cualificación, no acorde al nivel de formación.

Si la pertinencia de la oferta académica de las universidades debe estar asociada a la medida y la forma en que las carreras se vinculan con los requerimientos del mercado de trabajo en España, no cabe duda que deben fortalecerse estos vínculos tanto desde la planificación de la oferta como desde la promoción de acciones que coordinen la demanda de graduados en las empresas. 

Estos fortalecimientos mejorarían la inserción laboral de los graduados universitarios, alcanzando mejores resultados en las tasas de actividad, de empleo y de paro. Para ello, se hace necesario intensificar la vinculación entre las instituciones de educación superior y el entorno laboral buscando incrementar los índices de empleabilidad con más y mejor trabajo.

Situación de los graduados universitarios en el mercado de trabajo en España

En los siguientes párrafos desglosamos el capítulo 2 del Informe CYD 2018 según 4 apartados.

En el primero atendemos la situación actual y evolución reciente así como las características principales de los egresados en el sistema universitario español. En el segundo apartado, nos ocupamos del mercado de trabajo en España analizando a la población que posee estudios superiores; examen que también realizamos en perspectiva comparada con la Unión Europea. En el tercero, analizamos la demanda y oferta de empleo en ocupaciones de alta cualificación, el desajuste que se produce entre ambas, y los grados de sobrecualificación registrados en España. En el último apartado, detallamos las condiciones de inserción laboral de los graduados superiores y su grado de formación permanente.

1. Egresados universitarios

En el curso 2017-2018, el número de egresados de los estudios de grado en el sistema universitario español ascendió a 191.803 personas, lo que implica una nueva variación negativa respecto a la cifra del curso anterior. En cambio, en el máster oficial, nuevamente se produce un incremento porcentual de dos dígitos (12,8%), alcanzando el total de egresados las 112.122 personas. El aumento de los egresados en máster oficial en las universidades privadas ha sido muy intenso, de tal manera que ya llevan dos cursos superando al número de los titulados en grado. El peso relativo de las privadas sobre el total de egresados es del 36,1% para el máster y del 16,5% para el grado.

En cuanto al perfil del egresado, el porcentaje de mujeres se muestra superior ligeramente en grado (casi 60%) que en máster y también creció más. Tanto en grado, sobre todo, como en máster, se observa un cierto rejuvenecimiento de los egresados (aumento del porcentaje de titulados con menos de 25 años). Pese al ascenso desde principios de década, los de nacionalidad extranjera sólo representan el 3,6% del total de titulados en grado, aunque son el 21% en máster oficial. 

En comparación con el curso 2010-2011, en grado ha disminuido unos tres puntos porcentuales el peso relativo de las ciencias sociales y jurídicas, pese a lo cual sigue siendo la rama con más egresados, y, sobre todo, el de ingeniería y arquitectura, más de siete, a favor del resto de ramas, especialmente, ciencias de la salud. 

Por comunidades autónomas, el 62,9% de los egresados de grado y el 67,8% de los de máster oficial pertenece a universidades de solo cuatro regiones: Madrid, Cataluña, Andalucía y Comunidad Valenciana. Comparado con el curso 2010-2011, el nivel de concentración ha disminuido ligeramente en el grado y ha crecido en el máster oficial. 

Tomando como referencia el curso 2016-2017, solo el 34,4% de los titulados en un grado de cuatro años finaliza en el tiempo teórico previsto. En el máster oficial de un año, esta tasa de idoneidad es del 70,4%. Tanto en grado como en máster oficial, las mujeres observan mejores registros que los hombres y, por tipo de universidad, los máximos se logran en las privadas presenciales. En el caso del grado, la diferencia entre sexos ronda los 20 puntos. 

Por ámbitos de estudio, los mejores registros en grados de cuatro años se detectan en salud y educación (tasa de idoneidad en torno al 60%) y los peores (menos de uno de cada cinco estudiantes logra titularse en cuatro cursos) en informática, ingenierías, matemáticas y estadística y ciencias físicas, químicas, geológicas. Si analizamos las comunidades autónomas, Navarra y Castilla y León destacan por estar entre las regiones con las tasas de idoneidad más elevadas tanto en grados de cuatro años como en másteres oficiales de uno. 

A nivel europeo, en los últimos cinco años España ha estado entre los tres países de la UE-28 con más crecimiento en la ratio entre los egresados universitarios y la población de 20 a 29 años, lo cual se ha debido al intenso descenso del denominador, ya que los egresados están disminuyendo. El porcentaje de mujeres entre los titulados universitarios (57,7%) es el noveno más reducido de la UE aunque en el último lustro este porcentaje ha crecido en España, al revés que en el conjunto de la UE y de 18 países de ella. 

En comparación con el promedio de la UE y sus principales países (Francia, Alemania, Italia y el Reino Unido), España destaca por ser donde más peso relativo tiene el ámbito de educación, salud y servicios (turismo y deporte). En el otro lado, artes y humanidades; negocios, administración y derecho; y ciencias naturales, matemáticas y estadística. 

Solo el 21,9% de los egresados universitarios españoles se ubica en el área STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), a casi cuatro puntos del conjunto de la UE, a algo más de un punto de Italia y tres de Francia, a cinco puntos del Reino Unido y muy alejado, casi 14 puntos porcentuales por detrás, de Alemania. 

2. Resultados de la población con estudios superiores en el mercado laboral

Con cinco puntos porcentuales por encima de la UE, el 37,3% de la población española de 25 a 64 años es titulada superior (duodécimo dato más elevado de los 28). Entre las mujeres hay más porcentaje de tituladas superiores que entre los hombres (cinco puntos de diferencia en España, cuatro en la UE) y por estratos de edad, los mayores valores se dan para los menores de 45 años (en torno al 45%, menos del 40% para la UE). 

Los graduados superiores españoles de entre 25 y 64 años tienen una tasa de actividad un 10,3% superior a la del conjunto de la población, una tasa de empleo un 17,4% más elevada y una tasa de paro prácticamente un 40% más reducida. Sin embargo, la tasa de paro de los graduados superiores españoles es la segunda más alta de la UE (detrás de Grecia) y más del doble de la europea (8,4% frente a 3,9%). Algo similar sucede con la tasa de empleo (solo supera a Grecia e Italia): 81,6% en España y 85,8% en la UE.

Por sexos, las mujeres graduadas superiores tienen una tasa de actividad y empleo inferior a los hombres y una tasa de paro superior; diferencias mayores en España que en la Unión Europea para la tasa de empleo y paro. Respecto al total de mujeres, sin distinguir por niveles de formación, las graduadas superiores muestran una mayor ventaja en tasa de actividad y de empleo que la de los hombres. En tasa de paro, en cambio, sucede al revés.

Cronológicamente, en 2007 las diferencias entre España y la UE eran mínimas en tasa de empleo y paro para los graduados superiores; en el período 2008-2013, la crisis afectó más al mercado de trabajo en España y elevó nuestra tasa de paro unos 10 puntos frente a poco más de dos en la UE (la tasa de empleo disminuyó más de ocho puntos frente a menos de dos en la UE). Finalmente, la dinámica durante el periodo de recuperación 2013-2018 ha sido claramente más positiva en España que en la UE, con mayores incrementos de la tasa de empleo y descensos más pronunciados de la tasa de paro (aún sin cerrar la brecha al nivel de 2007).

En el caso de la tasa de actividad de los graduados superiores, en España se produce una tendencia clara al descenso desde 2012, opuesta a la de la UE-28, lo que ha posibilitado que, en 2018 y por primera vez en el periodo 2007-2018, sea inferior a la de los graduados superiores de la Unión Europea. En cuanto a las características del empleo, un año más se observa que cuanta más formación posee un trabajador mayor proporción está trabajando con contrato indefinido, a tiempo completo y por cuenta ajena. 

La tasa de temporalidad española para los graduados superiores es la más elevada de los 28 países de la UE (20,5% frente a 10,4% en el conjunto de la UE), el porcentaje de quienes trabajan a tiempo parcial es inferior al dato de la UE (11,2% frente al 15,8%) y en empleados por cuenta propia el dato español del 13,7% queda solo seis décimas por debajo del de la UE-28. Por sexos, hay más mujeres que hombres trabajando a tiempo parcial (menos diferencia en España que en la UE), como contratadas temporales (más diferencia en España) y por cuenta ajena. 

En cuanto a la evolución, es destacable lo que ocurre con dicha tasa de temporalidad: para los graduados superiores en la Unión se ha mantenido en el 10-11%; en cambio, en España, las oscilaciones han sido acusadas: en la crisis se produjo una reducción de prácticamente 5 puntos porcentuales y en la posterior recuperación, un ascenso de casi 3.

Destacar que conforme más nivel de formación posee el trabajador, más ingresos obtiene del trabajo realizado. De hecho, según datos de Education at a Glance 2018, los ingresos de un graduado superior en España doblan los de alguien con estudios obligatorios como máximo. En España, los ingresos procedentes del trabajo a tiempo completo de una graduada superior equivalen al 81,4% de los de un graduado en enseñanza terciaria; porcentaje claramente superior al que se registra en el conjunto de la OCDE y el quinto más elevado de 33 países. 

En cuanto a la evolución de los salarios medios, a precios constantes, en la última década, se produjeron ascensos acusados en los primeros años de la crisis y descensos a partir de 2010, cuando se comienza a aplicar la devaluación interna salarial. Entre 2006 y 2017 el ascenso del salario medio real para los graduados superiores ha sido de apenas una décima, equivalente a poco más de 10 euros. 

Según información de Eurostat sobre el nivel de estudios que posee la población de 25 a 64 años, los valores más elevados en la proporción de graduados superiores se observan en el País Vasco (casi 50%), Madrid (47,2%) y Navarra (45,4%), mientras que en el lado opuesto y por debajo del 30% se encuentran Extremadura, Castilla-La Mancha y Baleares. Además, Extremadura, Asturias, Andalucía y Castilla-La Mancha están entre las regiones con una mayor diferencia porcentual, tanto en tasa de actividad como de empleo, entre un graduado superior de 25 a 64 años y el conjunto de la población adulta. En el caso de la tasa de paro, las mayores ventajas de ser graduado superior se dan en Baleares, Aragón, Navarra, Cataluña, el País Vasco y Andalucía. Atendiendo a la tasa de empleo de los graduados superiores de 25 a 64 años, Cataluña lidera con el 86,2%, seguida por Navarra, Baleares y Aragón. En tasa de paro, las menores se perciben en Baleares, Navarra, Aragón y el País Vasco, por debajo del 5,5%.

3. Oferta y demanda de empleo de alta cualificación

El tercer apartado del capítulo 2 del Informe CYD 2018 no arroja buenos resultados respecto a las nuevas altas de puestos de trabajo de alta cualificación ofrecidos para gestión en el Servicio Público de Empleo Estatal, las cuales han disminuido más del 10% después del fuerte ascenso superior al 25% del 2017. En cambio, las nuevas altas de demanda han aumentado un 2,1%, generando un mayor desajuste entre oferta y demanda de empleo de alta cualificación y abriendo aún más la brecha que los separa de los grupos de baja cualificación.

Si bien sigue siendo alto el porcentaje de los contratos de trabajo firmados con graduados universitarios para desempeñar tareas que no son de alta cualificación (34,8%), este dato es inferior al del 2017 y supone una inflexión al romper con el ascenso continuo del nivel de sobrecualificación registrado en España desde 2011.

Por géneros, y con una diferencia mínima, el nivel de sobrecualificación de los hombres es superior al de las mujeres. Por comunidades autónomas, el mayor nivel de sobrecualificación se detecta en Castilla y León, Extremadura, Cantabria y Murcia y los menores, en Cataluña, Navarra y Madrid. Respecto al 2017, Asturias y Navarra han aumentado su nivel de sobrecualificación, y los mayores descensos se registran en la Comunidad Valenciana y Canarias.

Según datos de Eurostat, del total de graduados superiores ocupados en el mercado de trabajo en España, el 37,6% desempeña tareas que no son de alta cualificación. Esta es la cifra más elevada de todos los países de la Unión Europea (23,4% para el promedio UE). En comparación con el conjunto de la UE-28, Francia, Alemania, Italia y el Reino Unido, España es el único en el que menos de la mitad de los graduados superiores ocupados desempeñan tareas o bien de directores y gerentes o bien de técnicos y profesionales científicos e intelectuales. Por otro lado, más del 25% de los ocupados con titulación superior se encuentran empleados como contables y administrativos o como dependientes de tiendas y similar.

Si nos detenemos a pensar en algunas de las causas del notable porcentaje de graduados superiores en España que han de emplearse en ocupaciones que no son de alta cualificación, podría deberse a una comparativamente elevada proporción de población con titulación superior y, sobre todo, a la reducida creación de ocupaciones de alta cualificación. Además, este notable desfase entre la formación obtenida y la requerida cobra mayor impacto al detectar que uno de cada tres ocupados en España desempeña un trabajo de alta cualificación, frente al casi 42% de la UE-28 (el dato español es el quinto más reducido de los 28 países).

4. Inserción laboral de los graduados superiores y formación permanente

En el contexto internacional, Eurostat ofrece datos de la tasa de actividad, empleo y paro de los jóvenes de 20 a 34 años que ni están estudiando ni formándose y que se han graduado en los últimos tres o cinco años en estudios de nivel superior. Para los graduados en los últimos tres años, la tasa de actividad española es del 91,6%, quinto valor más reducido de los 28 países de la UE, mientras que la de los titulados en los últimos cinco años es del 92,5%, la décima menor. En ambos, el valor español se sitúa por debajo del de la UE-28. 

Los recién graduados superiores españoles, en los últimos tres años, observan una tasa de empleo del 75,9%, 7,5 puntos porcentuales por debajo del dato de la UE-28 y cuarto valor más reducido en el contexto UE. Los graduados en los últimos cinco muestran resultados similares (tasa de empleo del 77,5%). En el caso de la tasa de paro, la situación comparada es igualmente negativa: para los españoles que han obtenido su grado superior en los últimos 3 años, es del 17,1% frente al 9,9% europeo, mientras que para los titulados superiores en los últimos cinco años es del 16,3%, más del doble que la europea (8,5%). 

Atendiendo a los titulados en los últimos tres años, Navarra y La Rioja sobresalen, con una tasa de empleo superior al 90%. Para los graduados en los últimos cinco, Navarra vuelve a destacar, seguida muy de cerca por el País Vasco y Cataluña (tasa superior al 85%). En el otro extremo, con una tasa por debajo del 60% en ambos casos, se encuentra Extremadura. 

Habitualmente las tasas de actividad y empleo de los hombres superan a las de las mujeres. En el caso de los recién graduados superiores de 20 a 34 años también sucede lo mismo, aunque las diferencias son inferiores a las que se observan para el global de los graduados. En cambio, tanto en la UE como en España la tasa de paro es inferior (o igual) para las mujeres jóvenes recién graduadas en una titulación superior que para los hombres. 

Según Eurostat, el 10,5% de la población española de 25 a 64 años realiza formación permanente, dato inferior al 11,1% de la UE y lejos de los líderes: Suecia (29,2%), Finlandia (28,5%) y Dinamarca (23,5%). Los que son graduados superiores siguen en mayor medida actividades de educación y formación (17,6% en España y 19% en la UE). Por sexos, las mujeres se muestran más participativas que los hombres, tanto en España como en la UE, y por edad, cuanto más joven, en más proporción se realiza formación permanente. 

Por último, hay más diversidad por estatus laboral. En España los que en mayor medida siguen actividades formativas son los parados, mientras que en el conjunto de la Unión y la mayoría de sus países son los ocupados. Si nos guiamos por el tipo de ocupación, tanto en España como en los países de la UE, los empleados en puestos de alta cualificación realizan en mayor medida actividades de formación permanente

Para más detalles de los graduados universitarios y del mercado de trabajo en España, puedes descargar el capítulo 2 del Informe CYD 2018.

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