Cómo elegir una carrera universitaria en 5 pasos

Cómo elegir una carrera universitaria

Junio es un mes para pensar. Antes, durante y una vez terminada la Selectividad, es momento de que los futuros universitarios piensen y decidan qué carrera de grado estudiar. Sin embargo, durante estos días en los que predominan el estrés, el cansancio, el repaso hasta largas horas de la noche, los nervios y el pánico ante un examen, se hace difícil elegir una carrera universitaria con convicción y seguridad.

Más de 300.000 estudiantes de segundo de Bachillerato se enfrentan estos días a su futuro profesional y lo hacen a través de uno de los exámenes más decisivos y temidos. Sin embargo, y a pesar de que las pruebas de Selectividad dan paso y acceso a la universidad, el 47% de esos alumnos llega a la fecha sin saber cómo elegir una carrera universitaria.

Está claro: saber con certeza lo que se quiere estudiar es difícil y a todos ha resultado complicado. Con 17 o 18 años pesa sobre el cuerpo la enorme responsabilidad de tomar una decisión trascendental que no deja de estar influenciada por familiares, profesores, orientadores, amigos, el entorno socio-económico del país y las tendencias del nuevo mercado de trabajo.

Elegir una carrera universitaria es un momento de tensión para muchos jóvenes que temen tomar una decisión equivocada y ello impacte de manera negativa sobre su futuro. Es un proceso que lleva tiempo y dedicación pero no por ello hay que transitarlo con agobio y desconcierto sino más bien como una decisión que dará vuelo al crecimiento personal y al desarrollo profesional.

5 pasos para elegir una carrera universitaria

Para orientar a los estudiantes que aún tienen dudas en su decisión, el Ranking CYD presenta en su pestaña “¿Eres estudiante?” una serie de pasos que pueden ayudar en el proceso.

Si eres un futuro estudiante universitario, un padre cuyo hijo está terminando el Bachillerato o un profesor preocupado por la decisión de sus alumnos, tener en cuenta los siguientes aspectos será clave para elegir un grado con convicción, vocación y entusiasmo.

Conocerse a uno mismo

De pequeños todos soñábamos con ser alguien importante cuando nos hiciéramos mayores, pero con el paso de los años uno cambia de opinión, descubre nuevas motivaciones o comienza a evaluar de manera racional aquellas propuestas que antes surgían por pura imaginación. Lo primero es pensar en qué tipo de trabajo uno se proyecta, en dónde, con quién, de qué manera y con qué finalidad. Todo ello ayuda a discernir los conocimientos académicos que se precisan para lograr los objetivos.

Al saber qué es lo que uno quiere ser, puede determinar qué carrera se acerca más a esos intereses. Además, tener presente la personalidad, los gustos, los valores, las expectativas y las asignaturas en las que se obtiene mejor desempeño (así como también las de mayor dificultad) permite buscar profesiones enfocadas en un perfil muy concreto.

Preguntar al círculo más cercano

Para combatir el temor ante una decisión equivocada, lo mejor es colocar al futuro universitario ante su propio reflejo y preguntarle si de verdad cree estar preparado para la opción que valora elegir. Y para responder semejante pregunta, previamente hay que recopilar toda la información posible, conocer las titulaciones que ofrece el sistema universitario español, conversar con el orientador educativo, escuchar otras experiencias de profesores y familiares, visitar ferias educativas y consultar los planes de estudios de los grados que podrían interesar.

Para no tomar una decisión precipitada, nunca está de más informarse lo suficiente. Destinar tiempo a consultar herramientas útiles como el Ranking CYD, sin duda puede reducir la presión y el estrés.

Explorar las titulaciones disponibles

Elegir una carrera universitaria es un momento decisivo pero si la elección es errónea, el estudiante no será el primero en cambiar de rumbo y por tanto no será el fin del mundo. Si un joven se da cuenta de que se ha equivocado y decide cambiar de grado, la experiencia lo habrá enriquecido más que debilitado.

En muchas ocasiones, el alumno cambia de carrera porque se da cuenta a mitad del curso de que las asignaturas que está estudiando no le interesan o que apuntan a un perfil profesional en el que no se ve proyectado. Por ello, es importante buscar toda la información posible sobre los grados que llaman la atención.

Si la persona ya tiene claro el ámbito en el que se quiere formar, puede acceder al Ranking CYD y desplegar el menú “diseña tu ranking por ámbitos” para seleccionar el que le interesa. Luego, decidir si quiere comparar todas las universidades, o comparar según el tipo (presencial, no presencial, pública o privada) o bien por comunidad autónoma. Finalmente, deberá seleccionar qué indicadores quiere comparar en función de las 5 dimensiones (Enseñanza y Aprendizaje, Investigación, Transferencia de Conocimiento, Orientación Internacional y Contribución al Desarrollo Regional).

Una vez obtenidos los resultados de las universidades que destacan al tener más indicadores en el grupo de alto rendimiento, es conveniente ver los planes de estudio de cada institución, revisar los temarios y las asignaturas del grado elegido así como también comparar universidades ya que una misma carrera puede tener un enfoque muy distinto según el centro en el que se imparta.

Recorrer las universidades disponibles

Si primero se quiere evaluar una universidad, sea porque alguien la ha recomendado, porque un profesional de trayectoria ha estudiado allí, porque el futuro estudiante vive en una comunidad autónoma y quiere conocer su oferta académica o bien por la intención de movilizarse a otra provincia para estudiar una carrera, el Ranking CYD ofrece la posibilidad de realizar un ranking a nivel institucional seleccionando las universidades que interesan y cuando se pregunta qué comparar, elegir los indicadores que se consideren relevantes de cada dimensión, obteniendo resultados con valores numéricos específicos respecto al rendimiento de cada universidad.

Decidir el futuro universitario

Con toda la información obtenida y comparada respecto a áreas de estudio, carreras y universidades posibles, llega el momento de la verdad: elegir una carrera universitaria. Lo importante es no tomar una decisión por otros ni por argumentos ajenos sino por lo que uno quiere ser. La familia, el profesorado y los orientadores pueden acompañar en el proceso, pero el protagonista debe ser el estudiante asumiendo la responsabilidad de su decisión.

Por último, para Fundación CYD es importante tener presentes ciertos elementos o factores antes de elegir una universidad o decidirse por un grado. En este post sobre indicadores, puedes conocer los detalles de cada uno de ellos.

Si eres un futuro estudiante universitario o tienes alguien cercano que está a punto de serlo, es momento de preguntarse si la carrera que se ha elegido hoy acercará al lugar en el que se quiere estar mañana.

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