La UAX apuesta por las metodologías de aprendizaje en entornos híbridos

Isabel Fernandez, rectora de Universidad Alfonso X el Sabio (UAX)

Según el calendario previsto, el 21 de septiembre empiezan las clases en la Universidad Alfonso X el Sabio. Los meses previos han servido para preparar las aulas y los laboratorios en cuanto a aforo, señalética, protocolos de seguridad, medidas de distanciamiento, cámaras y sensores térmicos, garantías de ventilación y recomendaciones de circulación por el campus para que la entrada y salida sea con horarios deslizantes que eviten las concentraciones. Conversamos con la nueva rectora de UAX, Isabel Fernández, para conocer los desafíos de este ciclo que comienza.

La seguridad de profesores y alumnos es el faro que guía el curso que se inicia. Como motor irrenunciable, las medidas que se han tenido que tomar han puesto en alza la convivencia de dos mundos que hasta el momento solían avanzar en paralelo: el virtual y el presencial. Ante la imposibilidad de impartir clases presenciales para el total de los matriculados por una cuestión de aforo y ante la previsión de futuros escenarios post-pandemia que obliguen nuevamente a cerrar o reducir espacios, la universidad ha apostado por una docencia bimodal donde los contenidos puedan enseñarse y aprenderse de manera online y presencial. 

Los esfuerzos no han sido pocos así como tampoco el pragmatismo, la rapidez y la flexibilidad de la comunidad universitaria para renovarse ante la nueva normalidad impuesta por la crisis del coronavirus. El objetivo no es otro más que el de garantizar una vuelta restrictiva, ordenada y segura basada en el modelo híbrido de la enseñanza que asegure la calidad del aprendizaje de los alumnos. En este contexto de incertidumbre y adaptabilidad constante, Isabel Fernandez ha asumido su reciente cargo como rectora de la Universidad Alfonso X el Sabio, teniendo la capacidad de convertir la preocupación en entusiasmo e ilusión.

Ingeniera y doctora en informática, cursó sus estudios en la Universidad de Oviedo, donde comenzó su carrera profesional como investigadora y profesora asociada. En Madrid obtuvo la certificación FRM (Financial Risk Manager) y de la Asociación Internacional GARP (Global Association of Risk Professionals) en la Universidad CEU San Pablo. Ha sido profesora de escuelas de negocio como ICEMD-ESIC, y también se ha dedicado a la consultoría para la empresa privada en distintos sectores como banca, seguros, aerolíneas y telecomunicaciones. Además, fue directora general de Neo Metrics (compañía de inteligencia analítica de Accenture) y de Emnos Iberia (American Express). En 2012 se incorporó a la Universidad Europea de Canarias como directora general de la Escuela Politécnica y en 2015 fue designada su rectora, así como también -y posteriormente- en la UE de Madrid. Actualmente es la rectora de UAX, que forma parte del Patronato de Fundación CYD.

Entrevista con Isabel Fernandez, rectora de Universidad Alfonso X el Sabio (UAX)

1- ¿Cómo ha sido la asunción del nuevo cargo de rectora en la Universidad Alfonso X el Sabio? ¿Qué expectativas tienes para este período al mando? ¿Cuáles son las expectativas de la Universidad Alfonso X el Sabio para el ciclo que comienza?

Las primeras sensaciones son de gran orgullo ante una universidad que cuenta con 2.000 profesores y 40.000 alumni (de los cuales 1 de cada 3 es internacional). El 14 de marzo fue un día emblemático, pero lo cierto es que en 48 horas pasamos de impartir una enseñanza habitual a estar en un entorno híbrido y con modalidades de aprendizaje que exigen estar virtualizadas.
La nueva etapa la afrontamos con muchísima ilusión, no tanto con preocupación. Este año arrancamos con titulaciones que antes no teníamos y que están más adecuadas a las demandas de la sociedad como son ingeniería, matemática, business intelligence o biomedicina. Este será el año de consolidar todo lo que se viene trabajando desde el curso pasado: trabajar con metodologías activas en el aula con presencialidad y su traslado al mundo online. Sin duda, debemos agradecer a los profesores el grandísimo esfuerzo que han hecho por gestionar los contenidos, aprender y desarrollar nuevas competencias. 

2- El contexto en el que asumes como nueva rectora está inmerso en la emergencia sanitaria a causa del Covid-19 que ha incidido en el corazón de la enseñanza presencial. ¿Cuál es la situación actual de UAX frente al curso que comienza?

Nosotros tenemos la suerte de contar con un comité científico asesor que nos brinda una perspectiva muy concreta. Nos hemos estado ocupando y llevamos todo el verano trabajando en adecuar físicamente nuestras instalaciones y digitalmente el resto del entorno en el que va a ocurrir el aprendizaje de nuestros estudiantes. Desde adaptar los espacios con señalética, el acopio de geles y mascarillas para estar suficientemente provisionados, la instalación de cámaras térmicas, los protocolos de comedores escolares, la adaptación de las plazas de las residencias universitarias, hasta adecuar el ala de potenciales cuarentenas cuando lleguen los residentes con zonas de aislamiento correctas. 
Trabajamos no solo en la logística sino también en la virtualización de contenidos a través de la utilización de la realidad aumentada para paliar lo máximo posible la limitación del aforo que nos obliga a trasladar la parte que no implica manipulación a la digitalización. Hemos desplegado diversas iniciativas y así se lo hemos comunicado a nuestros estudiantes en esta etapa de “normalidad responsable”. Es un período de absoluta normalidad pero que tiene que ser responsable y con seguimientos escrupulosos de las recomendaciones de Sanidad

3- ¿Cuál es tu mensaje como rectora para los próximos estudiantes universitarios? ¿Qué le dirías a quienes están por terminar el bachillerato e inician su vida universitaria?

Que se preparen para vivir la experiencia más intensa de sus vidas. El período universitario es un momento único tanto por el contenido como por la experiencia de desarrollar valores y competencias que hasta el momento no habían sido necesarias de manera tan intensiva. Espero que puedan prepararse todos para la profesión para la cual tienen la vocación. Tienen que estar con los ojos y los brazos muy abiertos porque van a vivir una experiencia irrepetible. Luego espero que sigan formándose a lo largo de la vida pero ya no será la inmersión que sientes cuando llegas al campus por primera vez. 
Mi carrera profesional siempre ha transcurrido entre dos mundos: el académico y de la investigación pero también el de la empresa. Mi compromiso es el de escuchar lo que las compañías y el sector sanitario demandan de los futuros profesionales. Mi mensaje es de confianza: les vamos a preparar competencialmente de una forma única. No hablo solo de las competencias específicas de una profesión sino de trabajar en entornos colaborativos combinando el mundo presencial con el virtual y de hacerlo no sólo en equipo sino a través de metodologías ágiles y analíticas. Nuestro compromiso es el de prepararlos para el mundo real, interdisciplinar, con contenidos no solo sobre la titulación sino que promuevan la interrelación. Esa será la mejor forma de garantizar que estarán preparados para las profesiones del futuro.

4- Dado tu puesto, seguro estarás en contacto con docentes, investigadores y personal universitario, cuya labor ha sido ardua durante los meses de marzo a julio. ¿Cómo enfrenta el PDI el curso 20-21? ¿Con optimismo y confianza o con escepticismo y dudas?

Sin duda, este es el año de la consolidación de metodologías de aprendizaje en entornos híbridos. El debate no debería ser si apostar por lo presencial o lo virtual sino en el mix de ambas dependiendo de la especificidad de la titulación o profesión. El confinamiento nos obligó a dejar de teorizar y no nos dejó más opción que la práctica. Claro que algo impuesto y sin tiempo de preparación implicó una transición más dura para unos que para otros pero en la Universidad Alfonso X el Sabio lo que hemos hecho para todos y de forma acelerada es brindar una capacitación para refrescar o desarrollar competencias digitales.

5- El coronavirus ha sido el empujón que necesitaba el sistema universitario español para acometer su verdadera transformación digital. ¿Se ha avanzado lo necesario en las herramientas, metodologías y formatos de enseñanza? ¿Cuáles son los retos pendientes?

En materia digital, hemos avanzado dos o tres años durante los seis meses de confinamiento y eso refiere tanto a la dotación de medios, la formación digital del profesorado y la formación al estudiante con competencias acordes y que van mucho más allá de utilizar el whatsapp sino de usar de manera eficiente las herramientas digitales que brindan las compañías. Ha sido un período muy positivo porque nos ha obligado a hacer inversiones necesarias que seguramente las hubiésemos planificado de otra forma. 
Es cierto que las universidades privadas tenemos mecanismos para ser más ágiles en la dotación de recursos y de planes formativos para nuestros equipos docentes, lo que nos garantiza el servicio a los estudiantes incluso ante tiempos abruptos. Debemos dotar esos recursos a toda universidad, pública y privada, para garantizar que los estudiantes accedan a la formación de altísima calidad a la que tienen derecho y para la que España está preparada. 

6- El 2020 ha sido un año en el que no sólo se ha valorado la formación virtual sino también la enseñanza práctica y sus aportes/ventajas, intransferibles a la modalidad online. ¿Crees que la universidad se debe “vivir” y que es una institución no solo para aprender sino también para enriquecerse del contacto entre profesores y compañeros?

La enseñanza online y la presencial son absolutamente complementarias. La profesión que elijan los estudiantes, cualquiera sea, necesitará del manejo de ambos mundos (el virtual y el físico). La componente presencial sigue siendo necesaria aunque en el futuro existan cada vez más simuladores como en nuestro caso que tenemos un hospital virtual simulado que rompe con lo que antes se creía que nunca jamás sería posible de simular. En absoluto quiero decir que eso sea posible al 100% de la formación de un médico o enfermero, pero en el futuro aún no sabemos cuánta componente virtual habrá. 
Lo que no podemos es renunciar a los beneficios del canal digital y del presencial: ambos permiten realizar actividades pedagógicas de maneras distintas y necesarias. Soy una firme creyente de la vida universitaria en los dos mundos. Tuvimos que hacer este experimento distópico durante el confinamiento obligado con nuevas formas de comunicación y socialización para tener vida social, y aunque es obvio que no sustituye el contacto físico, se han desarrollado nuevas dinámicas que permiten sacar lo mejor del canal digital. 

7- ¿La Universidad Alfonso X el Sabio ha tenido la información de protocolos a seguir, el tiempo y los medios suficientes para adaptarse a los posibles escenarios?

Dentro de lo poquito que sabemos, hay un mayor conocimiento de la evolución de la enfermedad en términos de prevalencia y del impacto en distintos segmentos. Independientemente de la información que se reciba del Ministerio de Educación, de Universidades o de Sanidad, los datos que tenemos nos permiten trabajar y construir protocolos ante posibles escenarios. Durante todo el verano hemos trabajado con los datos y con evidencias al alcance para validar protocolos proteccionistas así como equipándonos técnica y metodológicamente para los diferentes escenarios. Debemos trabajar para prevenir y garantizar que la experiencia que brindemos a los alumnos sea como debe ser. 

8- Las carreras con alta carga de presencialidad han sido las más perjudicadas en el curso anterior así como también la Formación Profesional. ¿Cómo recuperar el conocimiento práctico y sobre el terrero?

El esfuerzo de virtualización de los contenidos para garantizar la continuidad del curso académico ya se ha hecho. Existe un gran porcentaje de experiencia práctica que también se ha virtualizado; por ejemplo, las prácticas simuladas con pacientes para lograr la misma dinámica que mediante una sesión presencial. Los entornos de simulación permiten abordar una docencia más parecida a la tradicional teórica pero mediante la digitalización. Hay una pequeña parte, y muy importante, que es la práctica que implica manipulación para desarrollar las competencias motoras y ella no es sustituible. Esa parte del aprendizaje es la que aplazamos hasta que sea posible realizarse.
La preocupación es y debe ser la de cómo mantener la motivación del estudiante durante un largo período de confinamiento. Ya no estamos trabajando en garantizar la continuidad del proceso de aprendizaje porque eso ya lo aprendimos el año pasado. Aquellas experiencias prácticas que podemos digitalizar, aunque no sustituyan nunca la manipulación real, las estamos virtualizando para contribuir de alguna manera a que todo el conocimiento sirva para motivar e inspirar al estudiante.  

9- El Covid-19 ha hecho más palpables las carencias y ha puesto de relieve la brecha digital y las diferencias de acceso a la formación y la tecnología. ¿Crees que esta situación afecta la imagen de la universidad como ascensor social?

Si seguimos creyendo en una universidad que escucha atentamente al mercado que es ágil y flexible para adaptar su formación y producir ciudadanos que son útiles, va a seguir funcionando como ascensor social. Lo que ha provocado esta situación es algo que ya se venía discutiendo y que ahora nos lo ha puesto delante de la cara como un gran espejo: la necesidad de ser ágiles y flexibles en la dotación de titulaciones. Debemos producir y habilitar los espacios necesarios para que los jóvenes sean los mejores profesionales que la sociedad necesita. No podemos decir que se nos caen los brazos, no es el momento. 

10- Según datos del Informe CYD 2018, el número de matriculados en grado lleva seis años consecutivos con variaciones anuales negativas. ¿El Covid-19 será un nuevo factor de incidencia en estas bajas?

Según datos que nos aportan las compañías, hay áreas como las tecnológicas que están incrementando la incorporación de profesionales de ciclos formativos de grado superior con altísima cualificación y con una preparación acorde al trabajo que quieren desempeñar. La misión de la universidad es generar conocimiento pero también preparar profesionales y hacer una correcta transferencia a la sociedad. En la parte que nos toca de preparación, tenemos que tener la humildad de escuchar a las empresas para entender lo que necesitan y ser capaces de modular.
En nuestro caso, UAX tiene más demanda de grado que el año pasado, pero si de repente, por causa coyuntural o circunstancial, tuviéramos menos llegada de alumnos, deberíamos revisar si las titulaciones conducen a las necesidades de las empresas. Por nuestra parte, intentamos tener perfectamente sintonizado lo que necesita el mundo laboral con la oferta que presentamos a los estudiantes. Ese es el impulso a nuestra innovación en las titulaciones. 

11- La pandemia ha sido un punto de inflexión en la sociedad toda. En materia universitaria se ha puesto en debate en los últimos meses si la universidad prepara a los estudiantes para la vida real y para su inserción laboral. ¿Cuál es tu opinión al respecto? ¿Debería ser momento de revisar las asignaturas y los modos de enseñanza/aprendizaje?

Una de las prioridades de la Universidad Alfonso X el Sabio es la preparación para el mundo laboral; somos “la universidad de la empresa”. Como nuestro foco es preparar para la profesión que los alumnos quieren ejercer, el proceso de reflexión sobre las asignaturas y enseñanzas debe ser continuo. La pandemia no marca la diferencia sino el ser sensibles al hecho de que las empresas, que están desarrollando su actividad económica en un entorno de pandemia y post-pandemia, han acelerado su transformación digital y por lo tanto demandan competencias digitales y analíticas que debemos incorporar y desarrollar adecuadamente en nuestras titulaciones.  

12- En los últimos años se ha hecho más necesaria y patente la reforma de la universidad española para que pueda disponer de una gestión más ágil y flexible. ¿Cuál es tu posición respecto al régimen jurídico de nuestro sistema universitario?

La pandemia ya está aquí y no es motivo para aplazar cualquiera de las cuestiones esenciales, debemos continuar trabajando en los temas estratégicos, no solo tácticos. Ya se ha parado el mundo pero nos hemos dotado de los medios necesarios y sabemos cómo convivir con el virus según los protocolos a seguir. Ante la reforma universitaria, no hay ninguna excusa ni ninguna razón para no abordar aspectos tan necesarios como la autonomía, la dotación y agilidad para brindar recursos, la facilidad en la toma de decisiones y el proceso de garantía de los títulos. Tenemos que garantizar la agilidad y rapidez de los procesos para dar respuesta a las demandas de las empresas, adecuando las titulaciones a los profesionales que marcarán el desarrollo del futuro. 
Por tanto, no hay nada que aplazar. Se acabaron las excusas, tenemos que trabajar en ello. 

13- Si nos adentramos en la representación que la mujer tiene en los altos mandos de la educación superior española, las cifras siguen siendo muy dispares entre hombres-mujeres. ¿Cuánto hemos avanzado y cuánto nos queda aún por mejorar en igualdad de género?

Si miramos las cifras objetivas de la mujer y el hombre en la universidad, no son muy distintos los números en los órganos de gobierno universitario que en el sector empresarial. La universidad como organización no es más que un reflejo de la sociedad en cuanto a diversidad de género. Yo no percibo ninguna diferencia entre universidad y empresa en relación a los puestos de responsabilidad, por tanto los retos son exactamente los mismos. 
En cuanto a mi carrera profesional, creo que una frase de Mark Twain lo resume todo: “Como no sabían que era imposible, lo hicieron”. He tenido una carrera muy dura, pero afortunada; me siento una mujer privilegiada. Siempre he podido elegir un proyecto profesional para seguir avanzando y nunca me he parado a pensar si soy hombre o mujer. Sin duda, gran parte del éxito de mi carrera laboral se lo debo a mi marido, quien ha asumido con la misma corresponsabilidad lo que era importante en cuanto a la familia para que pudiera hacer mi carrera profesional tanto como él la suya. Esto me ha llevado a disfrutar de unos proyectos apasionantes en las compañías en las que he estado y en las universidades en donde he tenido el honor de formar parte del equipo académico. 

14- El año pasado fue un gran año para el feminismo entendido como aquel que de forma solidaria entre mujeres tiene el poder de cambiar las cosas. ¿Crees que aún siguen vigentes las mochilas culturales como la conciliación entre vida privada y profesional?

Los números sobre igualdad de género son, muchas veces, desalentadores pero no deben ser nunca un argumento para que nos digan lo que debemos hacer. Podemos y debemos hacer lo que queramos hacer. El éxito se entiende como algo muy personal; no es ser rectora de una universidad sino llegar a ser lo que cada una quiere ser. 
En los últimos años se ha vivido una revolución y sensibilidad hacia la diversidad de género que antes no existía, así que tenemos que ser optimistas con estos nuevos aires. Nunca ha habido tanta preocupación y discusión sobre este tema como en los últimos años, así que tiene que servir para visibilizar, sensibilizar y seguir adelante consolidando medidas de conciliación. 
Mi consejo es no dejar que nadie diga lo que se puede o no hacer. Las mujeres de hoy están preparadas para lo que quieren ser; si ahí no se puede, es cuestión de buscar el camino hasta encontrarlo.

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