¿Cuáles son los nuevos rasgos del sistema universitario español?

Informe CYD 2018: Rasgos del sistema universitario español

El entorno en el que participan activamente las universidades españolas ha experimentado profundos cambios en los últimos años, fruto de las nuevas demandas y exigencias de la sociedad del conocimiento así como de una economía cada vez más dinámica e internacional. La globalización está afectando de forma decisiva la transmisión del saber, y por ende a la formación superior, modificando y transformando ciertos rasgos del sistema universitario español que busca adquirir un carácter más universal y abierto para alcanzar niveles más altos de calidad y competitividad. 

La sociedad del conocimiento en la que actualmente vivimos requiere innovaciones y cambios en las formas clásicas y tradicionales de formación, generación y transmisión de la información, haciendo que el saber adquiera una relevancia fundamental no solo como soporte del aprendizaje sino como herramienta que hace posible la integración y la equidad social. 

La universidad española, que siempre ha jugado un papel central en el desarrollo cultural, económico y social de sus habitantes, busca desempeñar una función decisiva en el nuevo escenario, cumpliendo con las demandas de la sociedad y con las exigencias de un nuevo enfoque de formación a lo largo de la vida.

Sin embargo, aproximarnos de manera superficial a los rasgos del sistema universitario español serviría tan solo para decir que estamos ante desafíos y ambiciones inasequibles. Si en cambio agudizamos el análisis, nunca antes como ahora había sido necesario apostar por una sociedad que se sustente en el valor del conocimiento y que su desarrollo pueda ser participado por todos. Del mismo modo, nunca antes la universidad española se había encontrado en un momento como el de ahora para afrontar y responder a los retos que su sociedad le demanda.

La universidad hoy: Rasgos del sistema universitario español

En los siguientes párrafos desglosamos el capítulo 1 del Informe CYD 2018 y describimos los rasgos del sistema universitario español.

Alineados con la estructura del capítulo, el artículo se divide en los mismos cuatro apartados: (1) matriculados universitarios, desempeño y comparativa en perspectiva internacional, (2) oferta de titulaciones y acceso en universidades públicas presenciales españolas, (3) personal docente e investigador y su comparación internacional y (4) financiación universitaria para comparar a España en el contexto de la OCDE en indicadores tales como gasto total en educación superior por alumno y PIB o gasto público en educación superior respecto al total de gasto público y PIB.

1. Matriculados universitarios

Tomando como referencia el curso 2017-2018, el número de matriculados en grado en el sistema universitario español asciende a 1.287.791 alumnos, un 1,2% menos que el curso precedente y el sexto consecutivo con variaciones anuales negativas. En cambio, en el máster oficial nuevamente se produce un notable incremento del número de matriculados, del 10,3% (y 209.754 alumnos). 

En grado, en los ocho últimos cursos, contrasta la evolución siempre negativa de los matriculados en las universidades públicas con la evolución positivo en las privadas. En uno y otro caso la tendencia es drásticamente opuesta a la del número de titulaciones: se percibe un avance en las públicas que contrasta con el descenso de matriculados y un crecimiento muy superior de matriculados que de titulaciones en las privadas. 

Respecto al perfil sociodemográfico, el porcentaje de alumnas es bastante similar en grado y máster, en torno al 55%. Además, aquellos en la edad típica universitaria crecieron 11 puntos desde 2010-2011, tanto en grado como en máster. Finalmente, los alumnos de nacionalidad extranjera no representan siquiera el 5% de los matriculados en grado pero, en cambio, equivalen a más de uno de cada cinco en máster.

En el curso 2016-2017 se aprobaron el 77,7% de los créditos matriculados y la tasa de abandono del estudio en primer año fue del 21,5%. En máster oficial, los indicadores resultaron mejores que en grado (se aprobó casi el 90% de los créditos matriculados y la tasa de abandono fue del del 12,1%) y mostraron, en general, mejor evolución en el tiempo.

Tanto en grado como en máster las mujeres registran mejores indicadores de desempeño que los hombres (más diferencia en grado, sobre todo en tasa de rendimiento –9 puntos– que en máster) y por universidad, las privadas presenciales. Por ámbitos de estudio, los mejores indicadores se observan en los de salud y educación y los menos positivos en informática, matemáticas y estadística o ingenierías

Además, el porcentaje de alumnado femenino es ligeramente mayor que en la UE (54,7% frente a 54,3%) y supera a países como Alemania, Holanda o Finlandia, quedando a menos de dos puntos del Reino Unido, Francia e Italia. El 36,7% tiene 25 y más años (incluyendo grado, máster y doctorado), porcentaje similar al de la UE. El total de matriculados universitarios en España equivale al 71,6% de la población entre 20 y 24 años, la sexta mayor ratio de los 28 países de la UE. 

Respecto a la concentración territorial, cerca del 66% de los matriculados en grado en universidades presenciales españolas y alrededor del 73% de los de máster oficial se centraliza en instituciones de Madrid, Andalucía, Cataluña y la Comunidad Valenciana.

Por comunidades autónomas, respecto a los indicadores de desempeño, destaca Navarra, entre las tres regiones con mejor indicador en cada uno de los cuatro contemplados (tasa de rendimiento, porcentaje de créditos en segunda y sucesivas matrículas, número medio de créditos matriculados y tasa de abandono de estudio en el primer año), tanto en grado como en máster. En grado, también destacan Cataluña y Madrid

El porcentaje de matriculados universitarios en áreas STEM en España, en comparación con el promedio de la UE y sus principales países (Alemania, Italia, Francia y el Reino Unido) es el más reducido: 23,4%, casi cinco puntos menos que la UE, a casi dos de Francia e Italia, a siete del Reino Unido y a catorce de Alemania. Además, se ha reducido el peso relativo del área de tecnologías de la información y comunicación (la de desarrollo más dinámico y motor del actual cambio tecnológico), al contrario de lo ocurrido en la Unión Europea y sus principales países. 

España es el tercer país de la OCDE con menor presencia de estudiantes internacionales en grado. En máster y doctorado, en cambio, ocupa una mejor posición: octavo y noveno menor valor, respectivamente. Por áreas de estudio, hay mayor presencia de estudiantes internacionales en salud en España que en la OCDE, y menos en las áreas STEM.

2. Oferta universitaria

Si nos referimos a la estructura del sistema universitario español, existen 83 universidades activas en España, con 349 campus, 1.055 centros universitarios, 2.762 departamentos y otras 706 unidades vinculadas (curso 2018-2019). Respecto a inicios de década, tanto los centros (8,5%) como los campus (5,4%) aumentaron, disminuyeron (-8,2%) los departamentos universitarios y aumentaron las unidades vinculadas, especialmente las escuelas de doctorado (de reciente creación) y los institutos universitarios (casi un 40%).

El total de titulaciones oficiales impartidas (curso 2018-2019) alcanzó la cifra equivalente a 8.526 (2.920 grados, 3.567 másteres, 1.137 doctorados, 810 dobles grados y 92 dobles másteres); tendencia que ha ascendido continuamente a lo largo de la década excepto en el caso de titulaciones de máster en universidades públicas. Considerando todos los niveles, en torno al 14% de las titulaciones impartidas siguieron una modalidad no estrictamente presencial (en las universidades privadas presenciales el 39,2% de los másteres y el 18% de los grados ofrecieron la opción total o parcial online mientras que en las públicas presenciales esas cifras fueron del 12,8% y 1% respectivamente).

Por comunidades autónomas, el 60,7% de las titulaciones de grado, el 66% de los másteres y el 63,3% de los doctorados se concentran en Madrid, Cataluña, Andalucía y la Comunidad Valenciana. 

En lo que llevamos de década, el número de plazas ofertadas en grado en las universidades públicas presenciales españolas se ha mantenido bastante estable, mientras que la matrícula ha registrado una tendencia al descenso (de hecho, la variación positiva de 2018-2019 rompe con cinco cursos consecutivos de reducciones anuales).

Por ramas, la tasa de ocupación (ratio matrícula/oferta) más elevada se registra en ciencias de la salud (la más demandada) que ocupa todas las plazas ofertadas, mientras que la más reducida (del 82,8%) es ingeniería y arquitectura (más del 17% de plazas sin cubrir). Ciencias registra una tasa superior al 96%, ciencias sociales y jurídicas, otra en torno al 90% y la de artes y humanidades queda en poco más del 86%. Este último ámbito percibe una evolución negativa respecto a principios de la década al ser el que más crece en oferta de plazas y más disminuye en matrícula, mientras que ciencias registra una buena evolución al crecer más la demanda y matrícula, por encima de la oferta de plazas. 

Por regiones, las mejores tasas de ocupación tienen lugar en Cataluña, Navarra y el País Vasco, donde el 5% o menos de sus plazas quedaron sin cubrir en 2018-2019. En el lado opuesto, Castilla y León, Asturias y Cantabria, con entre el 20% y 25% de plazas sin cubrir y Extremadura, con más del 30%. En el período que abarca 2010-2011 y 2018-2019, Aragón y Madrid han sido las regiones que más han mejorado su tasa de ocupación; en la primera, porque se combina un avance de la matrícula de nuevo ingreso con un descenso de la oferta de plazas, y en Madrid porque el ascenso de la matrícula ha superado al registrado por la oferta.

3. Personal de las universidades

Según el Capítulo 1 del Informe CYD para el curso 2017-2018, el total del personal docente e investigador (PDI) aumenta 2,1%, alcanzando la cifra de 122.910 trabajadores (cuarto curso consecutivo con variación positiva desde el punto de inflexión del 2014- 2015). Por tipo de universidad, solo en la pública no presencial se observa un descenso del profesorado, mientras que el menor dinamismo (incremento del 1,6%) se da en las públicas presenciales; las privadas, por su parte, registran un ascenso del 5,2% (4,4% para las presenciales y 15,1% para las no presenciales). El 83,5% del PDI pertenece a las universidades públicas presenciales, el 14,1% a las privadas presenciales, mientras que el peso de las universidades a distancia es sensiblemente menor. Desde principios de década, las privadas han ganado casi cuatro puntos en detrimento de las públicas.

Desde el curso 2012-2013 los funcionarios han reducido en gran medida su participación, casi siete puntos porcentuales, derivado en gran parte de la reducción de convocatorias de plazas y las bajas tasas de reposición de los jubilados. Como consecuencia, el profesorado de 60 y más años ha ido creciendo hasta suponer casi el 16% (20.000 personas) que se habrán de jubilar durante la próxima década. Por último, y aunque lentamente, la presencia femenina creció tres puntos porcentuales en siete años, quedando en prácticamente al 42%. 

Las dos categorías docentes con mayor peso relativo son la del profesor asociado (26,7% del total de PDI) y la de titular de universidad (22,4%). En términos de equivalencia a tiempo completo, titular de universidad (32,6%), contratado doctor (13,5%), catedrático de universidad (12,8%) y asociados (8,5%). La menor presencia de las mujeres (22,5%) y la mayor de los de 60 y más edad (48,9%) ocurren en la categoría de catedrático de universidad. En el otro extremo, varias figuras de PDI contratado: ayudante y ayudante doctor, contratado doctor o lector.

El porcentaje de contratados indefinidos en las universidades privadas es del 57% mientras que en las públicas del 20%. No obstante, contando al PDI funcionario, el porcentaje de PDI permanente en las universidades públicas es del 55%. El 62,6% del PDI de las privadas trabajaba a tiempo parcial y el 38,1% de las públicas.

El 65% del PDI de las universidades presenciales españolas pertenecen a universidades de tan solo cuatro regiones: Madrid (20,7%), Cataluña (18%), Andalucía (14,7%) y la Comunidad Valenciana (11,6%). La concentración en estas cuatro comunidades ha crecido algo más de un punto porcentual desde inicio de la década. 

Otro dato importante, asociado en este caso a la endogamia, es el que respecta al 68,8% del PDI de las universidades presenciales españolas que trabaja en la misma universidad en la que ha leído su tesis doctoral. Por regiones, y atendiendo específicamente a las universidades públicas presenciales, este porcentaje alcanza su nivel máximo en el País Vasco y Canarias. Como información complementaria, en el año 2017 había en España 6,28 profesores universitarios por cada persona activa entre 25 y 64 años; décimo ratio más reducido de la UE.

Por último, destacar la presencia del profesorado femenino en España con niveles superiores a los de Francia, Alemania o Italia. Además, nuestro país se encuentra entre los siete más dinámicos en los últimos cinco cursos. 

4. Financiación universitaria

Un primer indicador para comparar a España en la perspectiva de la OCDE por lo que respecta a los recursos financieros invertidos en la educación superior es el gasto realizado por estudiante matriculado; valor que, en equivalencia a tiempo completo, es un 20% inferior al de la OCDE. Si se pone en relación dicho indicador con su PIB per cápita, el dato español se encuentra ligeramente por debajo de la media. 

En cuanto a la evolución, el indicador disminuyó en España un 13% en el periodo 2010-2015, lo que contrasta con el incremento de la OCDE (11,8%). Este crecimiento negativo en términos comparativos se debe, sobre todo, a la reducción del gasto total en instituciones de educación superior, frente al aumento de dos dígitos experimentado por la OCDE. 

El indicador del gasto realizado en instituciones de educación superior sobre el producto interior bruto era del 1,28% en España en 2015, el noveno valor más bajo de los 34 países de la OCDE que ofrecen información. Además, casi un 30% del gasto en instituciones de educación superior era financiado por el sector privado, el cuarto mayor porcentaje en el contexto de los países de la OCDE que pertenecen también a la UE. 

Así, España se encuentra entre los 11 países de la OCDE con un indicador más reducido tanto en el gasto público en educación superior sobre el PIB como sobre el gasto público total. También, resalta España en este contexto porque la mayor parte del gasto depende del nivel regional (en la OCDE, del central) y por el mayor peso relativo de los gastos corrientes, específicamente de personal.

Según la información más reciente, los presupuestos liquidados de las universidades públicas presenciales presentaron en 2017, por tercer año consecutivo, incrementos de los ingresos y gastos (aunque respecto a 2009 el total de ingresos fue un 11,5% inferior). Dentro de los ingresos, las transferencias corrientes recibidas, en buena parte de las comunidades autónomas, fueron un 15,2% inferior a 2009. En cambio, la recaudación por tasas y precios públicos ha sido un 18,2% superior. 

Como última mención, en términos regionales la Comunidad Valenciana y Cantabria destacan como las que realizan tanto el mayor esfuerzo público de financiación de las universidades públicas españolas, en relación con su nivel de riqueza, como el mayor esfuerzo privado relativo. En cambio, Cataluña destaca por un reducido esfuerzo público, el segundo menor, y un gran esfuerzo privado, el segundo mayor.

Para más detalles de cada uno de estos 4 apartados con los rasgos del sistema universitario español, puedes descargar el capítulo 1 del Informe CYD 2018. 

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