Mi decisión de solicitar entrar a formar parte en el Programa de Mentoring de la Fundación CYD es la muestra de que, a veces, un pequeño gesto puede tener un gran impacto en nuestras vidas. La magnitud de este resultado se lo debo a mi mentor, una persona muy distinguida en la práctica jurídica y la investigación. Él me ha enseñado que a la vida, para llegar a ser bueno algún día, tienes que identificar a los mejores y hacer lo que ellos hacen -y no meramente limitarte a observarlos. Y él me dio la oportunidad de ponerlo en práctica, ya que facilitó mi integración en el Departamento de la Universidad del cual forma parte para participar en sus tareas de investigación. Este gesto ha contribuido a un punto de inflexión en mi carrera como estudiante y futura profesional del mundo de la abogacía. Así que animo a todos los estudiantes que estéis leyendo esto a soñar en grande y al lado de los mejores. El Programa de Mentores de la Fundación de CYD te da la oportunidad de hacerlo. ¡Aprovéchala!